martes, 23 de diciembre de 2014

Cuarta frontera: visitamos a un buen amigo en Pasto y conocemos el Eje Cafetero, Colombia.

Acompañá esta entrada con este tema "Moliendo Café" de CLASSICO LATINO & Friends (Live concert in Bogotá) La letra tiene que ver con la zona de Pasto, y con el eje cafetero...cuántas historias vividas moliendo café...



Tanto andar y andar ya estamos pisando Colombia, llegando al cuarto país en nuestro viaje. Uno de los tantos países que siempre quise conocer y amigos colombianos que me encantaría visitar. Siento adrenalina y emoción por todo lo que vamos a encontrar en estas tierras. Colombia se lo conoce por la gente cordial y amable, uno de los mejores cafés del mundo, el sabor de la salsa, la alegría del caribe, entre tantas otras cosas. Cada nuevo lugar que llegamos nos sigue despertando muchas curiosidades y se multiplican las ganas de seguir aprendiendo de la gente, de intercambiar cultura y eso conlleva también conocernos más a nosotros mismos. 

En la frontera todo se da sin problemas, la buena energía nos acompaña como en todos los demás países que pasamos. El señor que nos hace los papeles del auto quiere ver el vehículo y lo acompañamos. La rusita lo deja sorprendido, él la recorre y mira todos sus detalles. Descubre que llevamos nuestras bicicletas, y eso lo emociona aún más. Después de un ratito, nos confiesa que nunca vió una así, ni tampoco pasó ninguna parecida por esta frontera. Que la rusita sea “exótica” siempre nos da ese plus a favor de confianza, que nos hace seguir camino sin inconvenientes. El aduanero no quiere revisar lo que llevamos ni nada, sólo desea quedarse un ratito más con nosotros para que le contemos cómo es que llegamos hasta acá. Le pedimos que nos tome una foto y se va dándonos la bienvenida y deseándonos un hermoso viaje. Nos miramos, una palmadita de alegría, sonreímos y armamos el mate para seguir viaje rumbo a Ipiales a hacer el seguro del auto. Esto es lo único que piden para transitar por cada país, sacar un seguro contra terceros en caso de que sucediera un accidente. Averiguamos y todo resulta bastante más caro que en Ecuador. Lo que allá costaba ocho dólares por los tres meses de visa, aquí nos cuesta cincuenta. Duele un poco que sea tan marcada la diferencia, pero nos ajustaremos, como lo hicimos hasta ahora.
  
¡¡¡Llegando a Colombia!!! Al frente de la rusita hay una renoleta, nos cuentan que acá muchos tienen una y la llaman “la compañera fiel.
Vamos camino hacia San Juan de Pasto. Es la ciudad donde nos espera un buen amigo: Herney. Con él nos conocimos cursando la maestría en Córdoba, es diseñador industrial y siempre estamos intercambiando ideas y creciendo con los proyectos que tiene cada uno. En su estadía en Córdoba, más allá del cursado, compartimos muchas tardes de mate y bowls enteros de pororó. Podía no tener algo para ofrecerles a mis amigos, pero me aseguraba de que nunca falten los “pororó”, que junto al mate siempre significaron “el compartir”. Fueron lindos momentos de intercambio de culturas, y también nos bancamos en momentos difíciles, dándonos empujoncitos de confianza y ayuda mutua para terminar la maldita tesis final. Con el tiempo seguimos alimentando a esta linda amistad y es un placer enorme poder visitarlo en nuestro viaje. Siempre afirmo que lo mejor que nos da la universidad más allá del conocimiento, es esta oportunidad de conocer a personas con otra cultura e ideas diferentes. Si de esos espacios surge y se construye una buena amistad, es un tesoro muy valioso que uno aprende a seguir cultivando y cuidando con los años. Tiene un valor enorme para mí poder pasar a visitar a mi amigo en su casa, en su país, lo considero un hermoso regalo de la vida.

con mi amigo Herney en Córdoba
Al costado de la ruta vemos militares uniformados, atrincherados detrás de bolsas de arena apiladas, donde sólo vemos que se asoman unas largas escopetas. Se presentan firmes mirando los alrededores, expectantes a algo que no entendemos qué es. Un poco más adelante cruzamos un puente y hay otros militares más en las esquinas. A los pocos kilómetros nos pasan en moto a toda velocidad otros cuántos más con cascos y también están armados. No entendemos nada. Sea como sea, nos decimos…“Guauu ¡¡¿dónde estamos, ¿qué pasará?!!” Una gran duda que preguntaremos a mi amigo cuando lleguemos.


Pasto nos encanta desde el primer momento, es una ciudad extendida entre montañas, algunos animales sueltos como caballos y vacas y muchos espacios verdes dispersos. Su altitud y su geografía hacen que en esta zona sea de un clima frío casi todo el año.

Pasto entre las montañas
El reencuentro es muy emotivo, no nos veíamos hacía dos años cuando mi amigo regresó a su país. Su casa tiene una gran calidez que le pone su mamá Olga. Ella nos recibe con un abrazo enorme y un plato exquisito que preparó con amor y está esperándonos calentito en la mesa. Que recibimiento tan amigable, familiar, nos sentimos como en casa de nuevo.
Un anfitrión como pocos, días antes Herney ya había buscado un lugar donde estacionar la rusita, para que esté segura y nos podamos mover con tranquilidad. en el patio de la fábrica de su amigo William. Ellos estuvieron conversando de nuestro viaje y nos estaban esperando ansiosos.

el barrio de mi amigo Herney
Salimos a recorrer la ciudad, vamos caminando hacia el centro, vemos que hay muchos carteles y negocios de venta de armas. Uno al lado del otro, repitiéndose por varias cuadras. Nos sorprenden y aprovechamos a contarle a Herney lo que habíamos visto en el camino antes de llegar acá.

                        
                            
                                 
Herney nos cuenta que Colombia aún está en un proceso de conflicto interno, que hay muchos intereses distintos por parte de los actores: gobierno, militares y paramilitares. A todos de alguna manera les “conviene” seguir manteniendo el conflicto como un negocio, donde pueden continuar vendiendo armas, manteniendo a la gente apaciguada y con algo de miedo. Así mueven mucho dinero, se enriquecen y es por ese motivo que no quieren firmar el tratado de paz. Encontramos militares uniformados, porque están próximos a fechas de elecciones, y es cuando más salen a la calle, a mostrar su presencia y cuidar a la sociedad.


trabajo en equipo en las obras de construcción
¡¡¡Nos encantó este grafitis!!! queremos en algún momento imprimirlo en la rusita
El centro de la ciudad conserva su estilo colonial, de callecitas angostas, tejados naranjas y muchas iglesias. 

                         
                   
                         
                       
Hay algunas plazas más conservadoras, pero también nos lleva a conocer una más moderna, que se diseñó exclusivamente para los días del carnaval. Son explanadas de cemento que cambian de nivel y dos torres en el centro. Fue pensada para los desfiles de carnaval, donde el circuito de las comparsas culminan sus bailes siempre en el centro. Popularmente se la critica porque antes en ese mismo espacio había mucho verde y el proyectista que ganó el concurso para que tenga “poco mantenimiento”, la realizó casi completa de cemento, dejando sólo unas casuelas donde asoman unos pocos árboles que les cuesta respirar en el medio de tanto ruido.


uno de los ingresos a la plaza seca
la vista hacia el centro
explanadas y desniveles
unas torres marcando el centro donde convergen las comparsas
Nos sorprenden algunos carteles de vendedores ambulantes, donde vemos escrito “raspaditas y chupones”, diferencias culturales que dependiendo del lugar, la misma palabra significa cosas muy distintas. Aquí son helados, hechos con hielo y colorantes. En Argentina “chupones” son besos generalmente en el cuello ¡¡¡con mucho amor!!! jajaajajaj.

vendedor de raspaditas y chupones
el cartel del carrito
¿Por qué los colectivos se llaman “Ciudad Sorpresa? - le pregunto a mi amigo. Me cuenta que le pusieron ese nombre porque nadie conocía que había en Pasto, cómo era esta ciudad realmente. Como esta región antes pertenecía a Ecuador muchos colombianos, que no han viajado al sur, cuando llegan se sorprenden de que en realidad hay una urbanización y no solo vacas y caballos. De ahí está el dicho de que es una ciudad “sorpresa”.

                              
En los puestitos callejeros siguen ofreciendo las frutas que probamos en Perú y Ecuador como la papaya y la guanábana. Pero descubrimos que hay algunas frutas nuevas y nos tentamos en probarlas. Se trata de la uvilla. Son pequeñas bolitas amarillas, llenas de semillas por dentro. Es de sabor algo agrio pero dulce al final.

¡¡¡exquisita Guanábana!!!
Papaya
Uvillas
Por las tardes cuando cae el sol, el clima se pone muy frío y no hay mejor plan que compartir charlas en el calor del hogar que nos hospeda. Olga y Herney nos cuentan miles de historias de esta región y de toda Colombia. Nos hablan de su tierra con tanto amor, que nos contagian la esencia de cómo viven y sienten la vida. Los llenamos de preguntas, pero ellos siempre tienen argumentos para pasar horas hablando con nosotros. 

Aprendimos que Colombia está dividida por regiones, pero son regiones sociales por así decirlo, entre ellos reconocen que los que viven en Pasto; son los “pastusos”. Los que viven en Medellín, son los “paisas”, los provenientes de Bogotá, la capital, son los “rolos”, por nombrar las más conocidas. Esto no sólo es una clasificación sino que realmente son tan distintos en sus costumbres, su forma de hablar, constituyen pequeñas culturas dentro del mismo país.

Nos hablan de que los pastusos en su mayoría son de familias campesinas, tienen fincas muy cerca de la ciudad, y se dedican a cultivar la tierra y producir gran variedad de frutos, y principalmente el cultivo del café. Herney y Olga tienen familia directa viviendo en una finca, la cuál visitan a menudo y siempre está latente la idea de irse a vivir allí.

Una noche se abren a contarnos la historia que vivió y que vive aún Colombia.

Un poco de información de la web acerca de esto...

“…El Conflicto Armado Colombiano es un conflicto armado interno que se desarrolla en Colombia desde cerca a 1960. Los principales actores involucrados han sido el Estado colombiano, las guerrillas de extrema izquierda y los grupos paramilitares de extrema derecha. Ha pasado por varias etapas de recrudecimiento, en especial desde los años ochenta cuando algunos de los actores se comenzaron a financiar con el narcotráfico.
El conflicto tiene sus antecedentes históricos en la "época de la Violencia" (conflicto bipartidista de la década de 1950 y de años anteriores y que tiene sus orígenes primigenios cuando Colombia -entonces llamada la Nueva Granada- se independizó de España e inicia una pugna sobre el modelo de Estado que debía adoptar el país), sin embargo, cada etapa de la historia del país ha traído consigo un enfrentamiento diferente. Así, en el siglo XIX a lo largo múltiples guerras, los caudillos regionales levantados contra el gobierno se combatieron entre sí.
Las causas para que se desarrollara el conflicto armado colombiano se centran en una amalgama de elementos entre los que cabe destacar la debilidad del Estado, el conflicto por la posesión de la tierra, la existencia de marcadas diferencias económicas, o la polarización y la persecución de la población civil debido a su orientación política. También destaca la permanencia de guerrillas de orientación comunista y la existencia de una industria del narcotráfico que se ha introducido en todos los sectores de la sociedad y del Estado.
Durante la década de 1980 el conflicto armado presentó un rápido escalamiento que se caracterizó por la intimidación generalizada que produjo la guerrilla en numerosas regiones del país, por los asesinatos selectivos de miembros civiles de la izquierda a manos de los nacientes grupos paramilitares, así como por la aparición de sectores del narcotráfico que chocan con la guerrilla en desarrollo de sus actividades delincuenciales (en particular, por el secuestro extorsivo de familiares de capos del narcotráfico por parte de la guerrilla). En esa década, el país experimentó transformaciones económicas que se centraron en la transición de Colombia de país cafetero a país minero y cocalero, con el dinamismo de nuevos sectores de la agroindustria, así como de la minería del carbón, el petróleo y el oro. A esta irrupción de nuevos polos de desarrollo económico se sumó el suroriente del país, donde creció la industria ilegal de la coca.
La época en la que se ubica el mayor recrudecimiento ocurrió entre 1988 y 2003, pero es en la segunda mitad de la década de 1990 cuando se presenta la mayor degradación del conflicto debido a que se generalizan las tomas armadas de poblaciones, las desapariciones forzadas, las masacres indiscriminadas de civiles, el desplazamiento forzado masivo y los secuestros colectivos de civiles, militares y políticos; el pico de este recrudecimiento se presenta durante la presidencia de Andrés Pastrana y el gobierno de Álvaro Uribe, cuando confluyen el accionar del Estado, las guerrillas, grupos de narcotraficantes y paramilitares.
A partir de la desmovilización de los grupos paramilitares que se lleva a cabo entre 2003 y 2006, sumado al debilitamiento de la guerrilla, se presenta un descenso de la intensidad del conflicto. No obstante, las estructuras paramilitares no cesaron su accionar sino que siguieron comportándose como carteles de droga con gran capacidad militar (llamados ahora Bacrim), mientras que la guerrilla todavía conserva capacidad de acción y confrontación en ciertos lugares del país.
En 2013 un estudio cifró en 220.000 las muertes causadas por el conflicto desde 1958. Sin embargo, si se suman el resto de personas que han sufrido otros crímenes de guerra, la cifra total supera los 6 millones de víctimas. Dentro de estas categorías se encuentran las personas que fueron desaparecidas, amenazadas, secuestradas, víctimas de algún acto de terrorismo, personas afectadas por el asesinato de un ser querido, víctimas del desplazamiento forzado, víctimas de minas antipersonal, tortura, reclutamiento forzado de menores de edad y violencia sexual.”

grafitis en las calles expresando este conflicto

Después se hace un silencio y con mucho dolor nos cuentan que ellos perdieron a un familiar, que vivía en la finca. Salió una noche y lo encontraron muerto en uno de los caminos. Alguien les avisó, para que reconocieran el cuerpo y pudieran velarlo, pero en otras oportunidades sólo desaparece sin dejar rastros. Nadie fue, y si se quiere empezar una investigación por parte de la familia, es peor, ya que luego pueden venir a matar a otro más. Una impotencia terrible, no hay a quién reclamarle nada. Los paramilitares actúan siguiendo sus propias reglas. No tienen nadie que los proteja de semejantes actos violentos sin razones. Como ellos hay muchas familias que sufrieron y sufren estas masacres, aún hoy hay menos casos, pero siguen existiendo. 
Muy tristes estas historias, se debería cambiar hacia un tratado de paz, lejos de todo conflicto y con mucha más seguridad como país. 

A costa de este conflicto, los demás países clasificaron a Colombia de “mala fama”, tanto es así que en las fronteras, si un colombiano presenta su pasaporte, lo apartan y le hacen miles de interrogantes, y además de eso le revisan su equipaje y “lo desnudan” como una expresión tratando de encontrarle droga. Siempre creen que llevan drogas. Cuando descubren que no tienen nada, después de hacerlos pasar un momento incomodísimo, les dan paso. A Herney le pasó esta situación, incluso en Argentina también le hicieron esto de retenerlo y apartarlo. Nos cuenta que se acostumbran a que se los hagan, pero les duele también que así sea. Es una discriminación que nos hace mal, que debería ya no existir para con este país.

Los mediodías, tardes y noches en lo de Herney son un verdadero disfrute gastronómico. Olga cocina un sinfín de comidas caseras, de las cuáles es imposible no repetir la porción, todo sabe riquísimo. Para ella es un placer ponerse el delantal y mientras charlamos va preparando algo nuevo para que probemos. Así es que nos mima con algunas típicas comidas de esta región: espesas sopas y guisos preparados con vegetales de la finca familiar. Nunca faltan los patacones, que están listos a cualquier hora del día para “picar algo”. 

el placer de disfrutar de los patacones: plátanos fritos con sal.

Cheché aprovecha la oportunidad para aprender y la escucha atentamente, anotando las recetas paso a paso en su cuaderno de cocina. Le decimos que no nos siga tratando tan bien, porque nos vamos a quedar un tiempo largo a vivir en su casa, si es así. 



Compartimos unas salidas muy divertidas, Herney y William nos llevan de “rumba”, a conocer el sabor de la salsa. Lejos de aprender mucho, bailamos hasta que cortaron la música y nos corrió una lluvia que caía a baldes. 

William es un gran personaje, se brindó mucho con nosotros, nos brindó la ayuda con la combi, nos invitó a su casa y todo el tiempo estuvo pendiente de que estemos cómodos. Él nos cuenta que sueña con hacer un viaje como el nuestro, pero que ahora con su negocio a cargo siente que no puede. Lo empujamos a que no abandone su sueño, le busque la vuelta y en algún momento emprenda su viaje soñado. Nunca es tarde, siempre hay lugar para los sueños.


Un día de visita por su negocio, nos regala a cada uno, una camiseta de Colombia, con el objetivo de recordarlos, pero además de hinchar por Colombia como segundo equipo en el mundial, después de Argentina, obvio. 

Cuando vamos a alistar a la rusita para seguir viaje, notamos que pierde líquido de freno de una de sus llantas. Buscamos a un mecánico amigo de William y la revisa confirmándonos que efectivamente hay que cambiarle una pastilla a los frenos traseros. En unos cuántos meses de viaje, este arreglo no significa nada. Hacemos este ajuste y seguimos más tranquilos.

encuentro un compañero fiel, me recuerda mucho a la "reno" que tenemos con mis hermanos
No queremos irnos, con lo bien que lo pasamos en Pasto, pero necesitamos avanzar hacia Cartagena cuánto antes, para alistar el cruce hacia Panamá. Sentimos que la rusita tampoco quiere irse, la encontramos muy enamorada del yeep de William. 

¡¡¡amor a primera vista!!!
Les decimos un ¡¡¡ENORME GRACIAS!!!

William; gracias por abrirte a nosotros, por tu inmensa ayuda y compartir estos días con nosotros.

¡¡¡con las camisetas de Colombia!!! gracias William y Herney por todo
Herney y Olga; gracias por hacernos sentir parte de la familia, por cocinarnos tan rico, por brindarnos su amor y cuidado en cada detalle.

Nuestra familia pastusa: Olga y Herney
Volveremos a Pasto, a la tierra de amigos tan cálidos, un pedazo de nuestra GRAN familia extendida por Latinoamérica.


uno de los últimos días nos despide este paisaje inolvidable...
¡¡¡gracias Pasto!!!

Eje Cafetero

Después de los ricos cafecitos colombianos que degustamos en la casa de Herney, vamos hacia el eje cafetero, una zona que se encuentra en la ruta montañosa, Armenia, Pereyra, Manizales. Nos interesa conocer un poco sobre la producción y la cultura del café. En realidad estamos buscando alguna finca familiar que nos podamos relacionar de forma personal y no algo netamente turístico, donde podamos conversar con el productor y nos cuente de su trabajo. 
Hasta el momento, solo se ven plantaciones privadas en los caminos. Entramos a un pueblito, preguntamos a un señor si hay alguna finca o algo similar y nos dicen que no, que la única oportunidad para saber algo más es "El Museo Del Café", que se encuentra a unos pocos kilómetros más adelante. Justo él está promocionando ese museo entregando unos volantes. Le preguntamos cómo es, que hay de interés allí adentro y el costo. Nos dice que el predio es muy grande y que hay una visita guiada, y que tiene un costo es de 75 dólares por persona. Le decimos que nos parece inaccesible ese costo, con el presupuesto que manejamos, pero que además estamos buscando otro tipo de aprendizaje, y no una visita turística.
Otra persona nos dice que hay una finca cerca que es del presidente de una comisión organizadora del café de la zona, y que podríamos preguntar en esa. Ahí vamos, esperanzados de que podamos aprender de alguien local. Llegamos y el predio es hermoso, lleno de árboles muy altos, y mucho campo cultivado a los costados del ingreso. Esperamos al dueño, junto a una casa colonial de muchas habitaciones.


el paisaje que hay desde la casa
En eso llega el dueño, nos presentamos, le contamos nuestra inquietud, él se muestra entusiasmado y enseguida nos invita a pasar. Naturalmente empieza a explicarnos el proceso del café. Se trata de un trabajo muy artesanal, todo es realizado con las manos y la dedicación del trabajador. Las máquinas hacen el resto, pero la mayor parte del trabajo es artesanal.

Proceso del Café:

- Proceso de siembra: se dedican a hacer brotes en arena, los dejan crecer, los trasladan a cazuelas con tierra y cuando la planta está medianamente crecida, recién ahí lo trasladan a la tierra.
plantaciones de semillas de café en arena
luego hacen plantines en tierra
- Proceso de recolección: sólo hay que recolectar los frutos que estén rojos, que son los ya maduros, apartándolos de los verdes. Se sacan con la mano, y se llenan cestas de mimbre. Cada trabajador va poniendo su recolección en grandes bolsas y los llevan cargándolo a los hombros, desde el campo hasta la finca para pesarlo.


la finca que visitamos
plantas de café
Un video donde el dueño nos explica cómo hay que seleccionar los granos maduros de café.



sólo recogen los frutos rojos, que son los maduros
- Pesaje: Hay una hora de la tarde donde todos se juntan a pesar las bolsas. Hay una balanza donde se cuelgan las bolsas y se anotan los kilos en una planilla. Esto es un esfuerzo individual, cada trabajador pesa su bolsa y se anota por semana lo recaudado. Según eso, se incrementa su salario.


                          


Video donde se realiza el pesaje de las bolsas de granos recolectados en el día.

¡¡¡bolsas de aproximadamente 70 kilos!!!
- Procesamiento: Se colocan los granos en un gran embudo, y estos van pasando de máquina en máquina, donde los pelan, los limpian y los cuelan, terminando los mejores granos en una pileta de cerámicos, para lavarlos bien antes del secado.

                       
                    
                  
                       
                      
- Secado: Un primer secado es sobre bandejas mosquiteras, en un espacio invernadero, abierto a ambos lados para permitir la circulación del aire. Luego llevan esos granos a unas cámaras cerradas para terminar de secarlos a alta temperatura.


granos de café en el primer secado
- Almacenaje y comercialización: Luego de ese secado, están listos para su empaque y su posterior comercialización. Los mejores granos son seleccionados para su exportación, no quedan en el país. 


terminando la tarea del día
La visita nos gustó mucho, compartimos espacios con los trabajadores y quedamos sorprendidos por el trabajo que hacen y el peso que tienen que llevar diariamente en sus espaldas. Un trabajo admirable.
Al final de la visita nos regala unos cuántos granos de café, que sumamos a otras semillas que tenemos, quizás a nuestro regreso puedan venir algunas en la huerta. Nos quedamos conversando un largo rato con el dueño, nos contaba que el museo del café está lleno de juegos y montañas rusas, y que sólo hay un espacio, donde te explican algo del café, pero que se le da muy poca importancia. Se prioriza que el extranjero pague una entrada y vaya a divertirse allí, pero que de café casi ni se habla. Una mentira total. Le preguntamos si podemos pasar la noche en la finca y en la mañana seguir viaje. Nos dice que sí, sin ningún problema. 


                        
plantaciones tropicales
pájaros y selva
mucho color y dinamismo
Vamos a caminar las plantaciones, volvemos a la combi a descansar y casi por oscurecer, se acerca nuevamente el dueño a decirnos que él normalmente cobra la visita guiada a los turistas, que es un incentivo más de su trabajo. Nos dice el monto sin inmutarse. Nos quedamos helados, sin poder hablar entre nosotros, buscamos dinero y no llegamos con lo que tenemos en efectivo. Le comentamos eso, y nos indica en el pueblo adonde cambiar dinero. Nos vamos en las bicicletas y en el camino estamos indignados, no entendemos por qué cambió así, pensamos que se había copado con nuestro viaje, y nos mostró una apertura que ahora nos parece contradictoria. Si nos hubiera dicho en el inicio que esa visita era paga, o algo así, podríamos haber elegido si hacerla o no. Vemos que la intención está puesta en sacarle dinero al turista, y no en el aprendizaje y el valor del conocimiento compartido. Son cosas que pasan, aquí en Colombia y en cualquier lado. Son actitudes que vemos en el viaje, pero que no elegimos imitar. Aprender de lo inesperado, de lo amargo, de lo que no compartimos y seguir, seguir siempre adelante.

A la noche inundan nuestra combi los ruidos de la noche, de la naturaleza pura. Es una inmensidad que disfrutamos con las luces apagadas y el oído bien despierto.




amanecemos y ¡¡¡estamos listos para seguir viaje!!!
Nosotros con el dueño de la finca
                          
Seguimos viaje, con aroma a café.

Carola.