sábado, 19 de julio de 2014

Tercer frontera: Ecuador. Bella Cuenca.

Acompañá esta entrada con The Beatles "All You Need Is Love" (todo lo que necesitas es AMOR)



Llegó el momento de atravesar nuestra tercer frontera y conocer un país que promete ser muy hermoso: ECUADOR. Seguimos viajando de a cuatro individuos: Ulises, Agus y nosotros. Estamos disfrutando del viaje y no nos damos cuenta cuándo pasamos el cartel que decía "Bienvenidos a Ecuador". De todas formas vemos por todos lados un logo muy colorido: "Ecuador, ama la vida". El turismo se promociona afirmando que este país cuida y ama a la naturaleza.  

Slogan de Ecuador, un país que ama la vida y la naturaleza. Fuente: http://ecuador.travel/es
Ecuador está conformado por cuatro regiones naturales bien diferenciadas: la Costa (naranja) que se extiende entre el Pacífico y la Cordillera, los Andes o Sierra (rojo) que atraviesa el país de norte a sur, el Oriente (verde),y la región insular de las Islas Galápagos (morado). Cada región representa un ecosistema único.

Campaña publicitaria con imágenes de los paisajes de Ecuador.



las cuatro regiones naturales del Ecuador
Es considerado en el mundo como el país con la mayor biodiversidad por kilómetro cuadrado, a pesar de su reducido territorio. La riqueza de la flora, fauna y los diferentes climas hacen de Ecuador un país muy rico y privilegiado. La naturaleza en su máximo esplendor en cada región. 
En la visita a este lindo país, trataremos de conocer un poquito de estos diversos paisajes.

La primer ciudad grande después de la frontera es Machala. Desde la ruta empezamos a observar muchas plantaciones de plátanos, mucho verde, grandes frutos. Machala es por excelencia la zona donde se producen los mejores plátanos, para después exportarlos a distintos lugares del mundo. Vemos algunos puestos de venta  al costado del camino donde decidimos parar. 


                             
plantaciones de plátanos en Machala
Hay racimos enteros colgados. Cada racimo puede tener alrededor de cincuenta plátanos. Aún sin saber mucho del cambio de dinero, preguntamos cuánto cuestan. La vendedora nos dice cincuenta centavos de dólar. Cheché piensa en voz alta - "¿cada una? que caras que están..."  - Después ella nos aclara que ese precio es todo el racimo entero. Ahí pensamos entonces, que bueno conseguir muchas frutas y tan baratas.  Ecuador es considerado como el principal exportador de bananas a nivel mundial. 

Mientras decidimos cuántos comprar, vemos que en el suelo hay un racimo grande tirado. Nos dicen que esos ya no sirven, que se los dan a los animales o los tiran. Le preguntamos si podemos llevar algunos y nos dice que llevemos todas las que queramos. Están como cuando comprás en Argentina plátanos apenas maduros. Cheché empieza a juntar algunas, nosotros proponemos cargar todo un racimo entero en la combi. En eso, nos sorprende algo grande y negro escapando. Descubrimos que era una araña que se escondía entre los plátanos. Si hubiéramos subido todo el racimo, la araña hubiera caminado en la noche entre nosotros. (ahhhhh despertarse así!!!)

Seguimos camino a Cuenca. Dejamos el desierto de Perú para encontrarnos con campos bien verdes, llenos de plantaciones de frutales. Las montañas y las nubes bajas acompañan nuestro andar. 

mucha vegetación al costado del camino
El camino se pone pesado, las subidas son continuadas y hay que sacar de nuevo la tapa del motor. Por primera vez nuestros amigos descubren cuánto calor hace viajar con el motor al descubierto y nosotros adentro. La combi se transforma en un horno ambulante. Entre todos nos alentamos y seguimos...Cayendo la noche, será por el calor o no sé que pasó, se nos apagan las luces y quedamos viajando a oscuras. Paramos, quedamos pensando qué habrá pasado. Después se prenden nuevamente y seguimos. Se repite esto una vez más y decidimos parar a descansar de tanto calor y seguir viaje al día siguiente. Esa noche dormimos a bastante altura, a unos pocos kilómetros antes de llegar a Cuenca.

Bella Cuenca

Llegamos a la ciudad de Cuenca. Aquí nos recibe una familia de amigos: Los Galán Espinoza. Con Ani somos amigas desde el cursado de la Universidad, juntas hicimos la maestría de Diseño en Córdoba. Estuve visitándolos en unas vacaciones en el 2010, y ahora vuelvo a verlos. Esta vez nos reciben a los cuatro argentinos. La casa está en las afueras, en un barrio residencial bien tranquilo. Estacionamos la rusita en el patio con mucho verde, y salimos a conocer la ciudad. 

                          
nuestra casita de cuatro individuos, en nuestro desorden tenemos orden.
Cuenca es la tercera ciudad más grande del país y es verdaderamente hermosa. Pintoresca y ordenada por donde se la mire. Está atravesada por cuatro ríos: Tomebamba, Tarqui, Yanuncay y Machángara. Esta geografía particular hace que el tejido urbano sea bien natural; hay muchos parques, espacios verdes lineales con ciclovías y senderos para caminatas. En las calles las circulaciones son tranquilas, y las personas se apropian de los espacios públicos, cuidándolos. 

                          
                           
El centro histórico de la ciudad fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 1999. Se la conoce como la Atenas del Ecuador por su majestuosa arquitectura, predominante de estilo colonial y su gran diversidad cultural. Es el lugar elegido por grandes artistas para desarrollar y expresar su arte.


                    

                         
                                  

La plaza mayor alberga tanto la vieja catedral, como la catedral nueva de la Inmaculada Concepción, que se caracteriza por sus grandes cúpulas azules que se pueden apreciar desde distintos puntos de la ciudad.

la fachada de la Catedral nueva
                         
                           
                               
                     
                      
cúpulas azules que coronan la Catedral
Calles cuencanas
Entre edificios públicos y calles adoquinadas, también es bien típico encontrar locales específicos donde esculpen uñas con gel. Es una costumbre de muchas mujeres cuencanas cuidar sus uñas pintadas con diferentes motivos. 


               
A un costado de la Catedral, en pleno corazón del centro histórico, se encuentra la conocida "Plaza de las flores". La hermosura, explosión de color, variedad de flores, y aromas han ubicado a esta plaza como el mejor mercado de flores al aire libre, entre otros espacios similares en el mundo. 

Plazoleta de las flores
Los puestos de sombrillas blancas, ofrecen orquídeas, lirios de Arum y rosas gigantes. 

                              
                                  
Ecuador es el país de las rosas. Por un dólar, te venden doce rosas. Y no doce rosas normales. Enormes capullos de pétalos brillantes, de colores rojos, rosas, amarillas, azules, blancos...Doce maravillas.

enormes capullos
Son muchas las rosas ecuatorianas que marchan a Estados Unidos o Europa, pero también son muchas las que se quedan en su tierra. Un buen número de espacios públicos ecuatorianos exhiben con orgullo grandes ramos de rosas.

                         
Las galerías con recovas nos llevan hasta el mercado, donde los días que visitamos el centro aprovechamos para almorzar.

interior del mercado
                              
el mundo mágico de las especies y semillas
                            
                              
En los cajones de frutas descubrimos algunas nuevas que queremos probar. Entre ellas; un montón de "pelotitas con pelos verdes y rojos". Si bien el aspecto no parece muy amigable, abriendo su cobertura el interior es como una uva de sabor entre ácido y dulce. Estos son los llamados ACHOTILLOS. 
La otra fruta es el SAPOTE. Es como un zapallo, arenoso en su textura y de sabor muy dulce.

achotillo
sapote
Algunos momentos de aburrimiento en las recovas del centro, esperando volver a la casa. Estos ratitos también fueron parte de nuestra estadía en Cuenca.


Seguimos paseando y descubrimos algunos puestitos de comida al paso. Vamos a probar algo nuevo, se llaman "Chochos" nos dice la vendedora. Se trata de un vasito bien completo: porotos blancos, jugo de tomate de árbol, pochoclo, cebolla cortada con cilantro y chifles (plátanos fritos). 
El carrito se rodeó de niños ansiosos, y entre ellos también Agus espera su turno.

                                
Quedamos admirados con la rapidéz y efectividad con que servía la vendedora esta comida, Cheché podría contratarla para la venta de los shawarmas. 


En el mercado venden bloques de chocolates grandes. Preguntamos y nos dicen que es bien amargo, que sirve para preparar leche con chocolate y canela. Igual con Agus nos tentamos y compramos una. Le damos el primer mordisco felices. Es amarguísimo, y nos damos cuenta de que el vendedor tenía razón. En la casa de Ani para aprovecharlo, hacemos masitas caseras rellenas de chocolate derretido. Nada se tira, todo se transforma...

                                
Una tarde lluviosa hacemos tortas fritas, una de nuestras costumbres argentinas para ofrecerles a la familia. Yo cocino para aprender bien la receta. Una masa abundante para que rindan muchas. Acá estoy amasando, Cheché saca fotos para guardar este momento. 

                        
                      
Compartimos charlas con la familia hasta tarde, intercambiando palabras nuevas de cada cultura. Las expresiones cuencanas son muy particulares, incluso dentro de las demás ciudades de Ecuador.

                        

Agus quiere seguir ahí pero se duerme. Se despierta, conversa otro ratito y se vuelve a dormir. Hermosa Agus que se adapta a todo...personaje!!!

De izquierda a derecha: Ulises, Milton, Sebas, Cheché, Agus, Carola, Ani y Nelson.
Dejamos la rusita en la casa de los Galán Espinoza, vamos a Quito a trabajar y volvemos a reencontrarnos con ella a la vuelta. 

                            
Cuenca es un destino que no deja de sorprender al mundo por la hermosura de su paisajismo, majestuosidad de su arquitectura y amabilidad de la gente. Nos cuentan que hay una gran cantidad de inmigración europea, que eligen esta ciudad como lugar donde jubilarse y disfrutar de una vida saludable. 

Hermoso conocer a la bella Cuenca. Gracias familia Galán Espinoza por todo. Un fuerte abrazo. 

Carola.