Acompañá esta entrada con este precioso tema: "Más allá del arcoiris" de Israel Kamakawiwo.
BAÑOS DE AGUA SANTA
Partimos de Cuenca rumbo a la ciudad de Baños, seguimos viajando los cuatro, con nuestros amigos Agustina y Ulises. Esta vez vamos en bus, ya que dejamos la rusita en la casa de los papás de Ani, para buscarla al regreso de trabajar en Quito. Estamos recorriendo la ruta montañosa del país que se extiende de sur a norte, y es la que contiene a los aproximadamente 20 volcanes que tiene Ecuador. Algunos se encuentran en actividad y otros están apagados desde hace tiempo. Se la llama “la ruta de los volcanes” también por este motivo. A pesar de que está oscureciendo, no vemos mucho el paisaje desde la ventanilla, pero apenas nos subimos nos dan una bolsita para los posibles vómitos. Y realmente es así, hay una curva tras otra sin parar y el colectivero maneja a lo loco.
Llegamos a la ciudad de Baños cerca de la 1 de la madrugada, nos habían dicho que tomando el colectivo de las 18hs llegaríamos en pocas horas, pero faltó saber que había que cruzar la sierra ecuatoriana y eso lleva tiempo. Ahí mismo llamamos al couch como habíamos acordado con él. Nos atiende medio dormido, y nos indica cómo llegar a su casa. Al día siguiente llegan a la casa dos viajeros más. Abrimos la puerta y nos sorprenden amigos conocidos: Pato y Agustín. No compartíamos alojamiento desde Paracas, Perú. ¡¡¡Una casualidad volver a coincidir en el mismo couch, qué alegría inmensa volver a encontrarnos todos juntos!!! Nos alojamos los seis y compartimos unos hermosos días.
Salimos a conocer la ciudad y caminarla. Es pequeña completamente rodeada de montañas, las calles corren en bajadas y subidas, siguiendo la forma de la naturaleza y los edificios bajos también se acomodan a esa geografía. Por donde se mire hay mucha vegetación, hay lugares donde se ve caer entre el verde hilos de agua formando pequeñas cascadas. Todo es muy natural, se respira un aire puro constante. Baños me hace acordar a los paisajes de nuestras sierras cordobesas, que a pesar de que la ciudad se instale ahí, sigue dominando la naturaleza con el cielo celeste, el intenso sol, los días de lluvia y el fresquito, su inexplicable magia…
Baños de Agua Santa es un lugar muy particular en sí, que se diferencia de cualquier otro, ya que tiene una gran montaña que la corona, y que es precisamente un volcán aún en actividad, con vida en su interior. Este volcán se llama Tungurahua. Es una palabra quichua que significa Tungur (Garganta), Rauray (Ardor): Ardor en la garganta.http://es.wikipedia.org/wiki/Volc%C3%A1n_Tungurahua
Caminando vemos algunos carteles de peligro en los jardines, informando que es zona de amenaza volcánica. La ciudad está advertida todo el tiempo por una posible erupción grande del volcán, hay flechas pintadas en las calles con la dirección de la evacuación. Incluso hay una “vía de escape” de toda la ciudad hacia afuera, por si sucediera. Es un puente de salida de seguridad hacia la ruta de los volcanes.
Las calles en bajada desembocan en el centro de la ciudad. Llama nuestra atención unos locales bien típicos que ofrecen sus dulces elaborados artesanalmente con la caña del azúcar. No son locales como cualquier otro. La vidriera es el lugar donde se pueden apreciar los productos que ofrecen, pero también se puede ver desde la calle cómo trabajan manualmente el material. En cada puesto hay un hombre que enrosca el dulce en un palo, con las dos manos lo estira, lo pliega y el proceso se repite. Es bien curioso ver cómo lo hacen, y de esta manera muestran parte del proceso a quien visita la ciudad.
Otros locales bien típicos en esta ciudad, son los gorros de lana con caritas de personajes. Los fabrican de manera industrial, son preciosos y como niños entramos a probarnos algunos. En el clima de sierra cuando cae el sol hace mucho frío, así que estos gorros con orejeras son ideales para pasar el frío.
Nuestra visita preferida en casi todas las ciudades, es entrar a conocer el Mercado de comidas y frutas típicas. Siempre sirven los mejores menúes caseros preparados en el momento, y también aprovechamos para conocer mejor a las personas del lugar. Entrando veo un afiche pegado cerca de la puerta que me llama la atención. Hay una foto de una peregrinación y una frase que dice: “Celebremos que hace catorce años volvimos a nuestra tierra”. Mientras la cocinera nos prepara la comida, le pregunto sobre ese mensaje, y ella entonces, nos explica brevemente la historia de Baños…
… “El volcán siempre estuvo aquí mostrando su presencia, largando una pequeña lluvia de cenizas. Eso fue constante, hasta que un día comenzó a erupcionar con más fuerza. Anunciaron que había peligro de amenaza volcánica, había que evacuar y salir de la ciudad. Así lo hizo la mayoría de la población, aunque algunos se resistieron y se quedaron de todas formas. La policía sacaba a las personas a la fuerza incluso, y tomaron la ciudad hasta ver que sucedía con el volcán. La gente se fue a vivir con sus familiares a otras ciudades, o alquilando por un tiempo alguna casa. Esperaron y no pasó mucho más, el volcán se expresó pero no quiso hacer desaparecer Baños. La gente entonces empezó poco a poco a volver a la ciudad y a querer recuperar sus casas, que por un tiempo las habían dejado cerradas. La policía no los dejaba, y hubo enfrentamientos en las calles. En ese tiempo, como las viviendas estaban solas, muchas fueron robadas, incluso se dice por la misma policía que estaba tomando la ciudad. Entonces las personas se organizaron y entraron con más fuerza en una gran peregrinación, a quedarse en Baños y recuperar su lugar. Finalmente lo lograron, y la policía se retiró. Las personas que viven en Baños aman este lugar, y con todo el que hables, no quiere irse más de acá.
…En el 2000 regresaron a su tierra, para no irse nunca más.”
Es una historia fuerte, y muy linda a la vez. Cualquiera que lo escucha, quizás no pensaría en vivir en un lugar así, con la presencia de este volcán activo. Pero este hecho hizo a la vez, que se genere un gran sentido de pertenencia, la gente adora Baños y nunca se iría a vivir a otro lugar.
Termina de explicarnos y está servido nuestro menú: Encebollado, una sopa de pescado con “canguiles” (pu-ru-ru, pororó o palomitas) dentro del caldo. Y como segundo plato “Yapingachos”: arroz, palta o aguacate, chorizos de cerdo, ensalada y patacones. (plátanos fritos) ¡¡¡Todo exquisito!!!
En Baños hay muchas propuestas para hacer, todas relacionadas al contacto con la naturaleza: caminatas y circuitos por las montañas, incluso llegar a la cima del Tunguragua, ir a conocer la famosa Casita del Árbol, y la escalera del Pailón del Diablo, entre otras. Para empezar, proponemos hacer una caminata por nuestra cuenta, sin guía, solo con nuestra intuición. Desayunamos bien potente y salimos relativamente temprano. Las nubes están bien bajas esta mañana, como algodones densos en el cielo. Señalamos con el dedo, hasta allá vamos. Y se larga la caminata.
Cansados de caminar algunas horas, vemos que nunca llegamos a la cima. Pensamos que le erramos de camino, y decidimos volver. Nos reímos, culpamos a quien quiso ir por ahí, y finalmente tomamos una linda foto para recordar la caminata sin final feliz.
De ahí vamos a un camino más seguro que nos lleva a una virgencita, desde donde se ve claramente toda la ciudad. La vista es imponente, parece una maqueta ordenada y bien prolija. Se ve en un costado, el puente de salida de escape del volcán.
Bajando de la virgen hay una opción distinta que volver por la montaña. Es una gran escalera que se desliza hasta abajo, como una serpentina que toma fuerza y vuelve a perderse en la cuadrícula de la ciudad.
Esta escalera está caracterizada como una de las más lindas del mundo. No sabemos si es así, pero realmente es imponente y está construida justo enfrente de la caída del agua.
Recorremos un poco más el parque. Hay puentes colgantes entre montañas, y otras cascadas que son menores de tamaño que la del Pailón. En una nos dicen que hay una cara del diablo de perfil. Nos acordamos de Cuzco, que en todos lados nos decían que había caras en las montañas…Acá nos dicen lo mismo y uno tiene que estar ahí concentrado mirando…¡¡¡a ver si aparece algo!!! Cheché me dice, siempre se inventan algo estos tipos para que todos estemos quietos mirando…
La casita del Árbol es algo que no queremos perdernos. Es una pequeña casita en la cima de la ciudad de Baños. Llegamos en colectivo para verla. Está construida entera con maderas, elevada del suelo con pilotes. Lo particular que tiene, no es la casita en sí, sino que el atractivo es su hamaca. Sí, una hamaca de sogas que cuelga en uno de sus laterales. Cerca de la casita hay un señor que va ordenando los turnos para poder hamacarse ahí.
Desde la casita la montaña baja progresivamente. Enfrente hay montañas más altas y muchas nubes. Hamacarse en este columpio es una sensación increíble. Apenas subís ya sentís la adrenalina en el pecho y cuando empezás a balancearte…los pies en el aire encima de ese vacío…ahhhhhhhhh!!!¡¡¡Es como volaaaar!!!, tocar el suelo para agarrar envión sólo por un ratito y seguir moviéndote en el aire. Al principio no querés subir, pero después de un ratito no querés bajarte más.
Al final de hamacarte hay un bidón y alguien aclara que hay que dejar una propina por usar esa hamaca. Hacen turismo con todo, en cualquier lugar. Nos hamacamos todos y le dejamos apenas unas monedas.
Nos encontramos ahí con otros dos viajeros argentinos Erika y Paul, ellos viajan rumbo a Alaska en una volkswagen amarilla. Nos une el camino, todos viajeros caminando...conociendo cada rinconcito de esta hermosa Latinoamérica.
Nos encontramos ahí con otros dos viajeros argentinos Erika y Paul, ellos viajan rumbo a Alaska en una volkswagen amarilla. Nos une el camino, todos viajeros caminando...conociendo cada rinconcito de esta hermosa Latinoamérica.
Después de hamacarnos subimos a la casita, para ver el paisaje pero sobre todo porque nos intriga cómo está sujeta esa hamaca desde arriba. El sistema es más simple que lo imaginado, es un palo donde se atan las sogas de la hamaca, éste entra en la casita y está amarrado también con sogas a un travesaño de madera. Todo medio precario, algo no tan seguro el amarre, pero que por ahora funciona. ¡¡¡Menos mal que nos hamacamos antes y no vimos todo esto!!!
Experimentamos una nueva sensación: después de todo hamacarse en una hamaca que da al precipicio no tiene precio…
De casualidad encontramos cerca del mercado, una cancha techada de básquet. Nos metemos a hacer un partidito 3 x 3 entre todos. Jugamos como si fuera el último día.¡¡¡Cuanta adrenalina de juego que teníamos acumulada!!! Desde ahí vamos todos los días a tirar un ratito al aro.
El tiempo está muy lluvioso por las tardes, así que le buscamos la vuelta y aprovechamos para disfrutar de unas ricas comidas caseras. Las mujeres amasamos unos ñoquis de papa. Otro día cocinamos todos e invitamos a nuestro amigo Juanca, su novia y su mejor amigo a compartir con nosotros una linda cena de despedida.
Gracias Juanca por tu hospitalidad, por los momentos compartidos juntos.
Nos despedimos de Baños, nos llevamos impregnado la tranquilidad de este lugar, el intenso verde de la naturaleza y su gente cálida. Ojalá podamos volver a este hermoso paraíso…
TENA
Seguimos rumbo a TENA, otra ciudad de la selva ecuatoriana. Buscamos donde parar, acá no nos responde ningún couch, así que buscamos lugar por dos días en un pequeño hotel. Desde la oficina de información turística nos dicen que la mayoría de las actividades para hacer son pagas, y a precios elevados. Nos quita las ganas de conocer, pero aun así vamos a hacer una caminata hacia una cascada que hay cerca de la ciudad.
Hermoso el viaje q estan haciendo Caro ! Los felicito... gracias por hacernos recorrer el mundo tras sus relatos. Gisel (salsa . UCC)
ResponderBorrarGracias Gisel!!! Para nosotros es un placer que nos acompañen, que este blog nos acerque de alguna manera...Podes escribirnos cuando quieras. Extraño mucho las clases de salsa y a los amigos que hicimos ahi!!! Te mando un fuerte abrazo!!!!!!!
ResponderBorrar