Acompañá esta entrada con este hermoso tema, recuerdo de carnavales vividos...Divididos "Guanuqueando"
Juegan Itagüí contra Curitiba. No tengo la menor idea de que país es Itagüí. Atrás de uno de los arcos hay
canchas de futbol 5 en donde sus jugadores ni bola le dan al partido. Es la
copa sudamericana, en la cancha hay como 500 hinchas, una tristeza. Afuera
llueve, estamos en Tilcara. Esta noche la YPF será nuestro albergue. Nos cruzamos
al barcito de la estación a resguardarnos un poco del frío y del agua.
A nuestro lado una familia. Un padre y tres hijos. Todos ellos gordos. Comen “sanguches” de mortadela o milanesa y de mortadela y milanesa. Ninguno de los cuatro tiene cuello y están compartiendo una Fanta. Grande claro.
A nuestro lado una familia. Un padre y tres hijos. Todos ellos gordos. Comen “sanguches” de mortadela o milanesa y de mortadela y milanesa. Ninguno de los cuatro tiene cuello y están compartiendo una Fanta. Grande claro.
Carola
toma su té de coca para ir ambientándose a la altura que hoy la tuvo a mal
traer. Me mira y se ríe. Revisa su celular. Habla, se escribe en realidad, con
la flaca o Sofi seguramente. En pocos días más, no creo más de tres, nos vamos
para Chile. Una etapa nueva, ahora si vamos a lo desconocido. Todo nuevo. Yo,
en particular, tengo ansias de ir hacia esos caminos jamás recorridos. También está
la cuota de temor por lo desconocido pero es mínima, imperceptible. También
tengo mucha expectativa por el contacto con gente nueva. Situación que dentro
de nuestro país no se nos dió mucho.
Nos llevamos muchos colores de
este Jujuy inmenso que en cada visita nos regala algo cada vez más mágico. Como
las huertas que visitamos en Maimará o Las lagunas de Yala y la cantidad de
nogales que crecen en el pueblo como si fuesen plaga. El norte argentino
siempre impacta al viajero, por sus colores tan vivos en las montañas, las nubes
y las sombras, que todo parece una pintura de acuarelas ocres interminables…
En el camino, las
ondulaciones de la montaña hacen que nos detengamos a mirar el paisaje acompañados
de unos ricos matecitos. Bajamos a contemplar toda esa inmensidad que nos
abraza.
Descubrimos un cuadro
impecable: sembradíos al costado del camino, infinidad de líneas que se pierden
en el horizonte y nos muestran una cultura de trabajo artesanal, de cultivar la
tierra con el esfuerzo del hombre y del animal, cooperando en equipo.
Enmarcando las
texturas verdes, de fondo se imponen las montañas de la Quebrada de Humahuaca que acompañan la vida en las poblaciones,
fiel testigo del paso del tiempo y de las estaciones…
MAIMARÁ
Seguimos camino y encontramos la belleza de Maimará. Lo
primero que muestra al visitante es el cementerio de montaña, las pequeñas
construcciones se adaptan al terreno y resulta una obra tan pegadita al suelo
como al cielo.
Salimos
a descrubrir el interior de Maimará en bicicletas…el aire se vuelve aún más puro al pie de la Quebrada. Aparece “la
paleta del pintor”, conocida porque en ese sector los colores se concentran y se vuelven más
vibrantes.
Es un sueño quedarse mirando esta obra de la naturaleza, el color trasmite energía, es toda admiración.
Es un sueño quedarse mirando esta obra de la naturaleza, el color trasmite energía, es toda admiración.
Seguimos recorriendo…aquel paisaje que observamos desde la
ruta, ahora podemos apreciarlo bien de cerca. Las acequias recorren los canales
laterales. Familias enteras trabajan en el silencio de la tarde. El verde que
asoma en la tierra, una prolijidad única. Las plantaciones describen el mismo
tiempo de crecimiento e intensidad.
Pero más allá del
encanto de conocer estos pequeños paraísos lo más notable fueron los gestos que
tuvieron con nosotros en Jujuy:
Salimos del supermercado, nos acercamos a la combi y vimos que la puerta estaba semiabierta. Nos asustamos. Lo primero que pensábamos fue “nos robaron la puta madre”. Encima sacamos la alarma y lo primero que oímos fue el sonido que da aviso que la alarma se activó. Más cagazo. Abrimos la puerta y estaba todo en su lugar. Cada cosa que habíamos dejado, respetaba su posición. Revisamos y efectivamente estaba todo. No faltaba nada. Habíamos dejado la puerta así nosotros.
Antes de arrancar
la rusa vemos en el limpiaparabrisas un grupo de libritos. Creíamos que eran
unas simples propagandas del mismo súper o de alguna iglesia evangélica (al
menos eso pensé yo). Cuando los quitamos nos dimos con que era un regalo que
nos había dejado un chico que vendía estos libritos de mándalas y coplas populares. En la parte posterior avisaba:
“que tengan un buen viaje, les dejo este presente como un recuerdo de su paso
por Jujuy” y su firma ilegible. Quedamos
emocionados con Carola. El gesto nos alegró el día. Siempre hay alguien en la
ruta que nos saluda o en un pueblo que nos pregunta del viaje. El otro día, por
ejemplo, en el pueblo El Carmen nos arreglaron la garrafa sin costo alguno. Esos
pequeños gestos , nos emocionan y nos dan muchas ganas de seguir a conocer y
cruzarnos con más personas como estas que nos llenan el día.
Carola me recuerda momentos de Purmamarca y unas palabras
que le hicieron eco en la peña “mis amigos”:
Volvemos a Purmamarca. Estamos felices, es bellísimo este
lugar. Ya estamos por pasar a Chile, la primera frontera que nos espera del
otro lado de estas montañas. Estamos ansiosos…por todo lo que está por venir y
con muchas ganas de afrontarlo!!!
Nos
despedimos de Argentina en una buena peña, música en vivo, empanadas de queso y
una rica cerveza bien helada.
Las peñas argentinas son un sentimiento que podemos aún trasmitir a los extranjeros que nos visitan. Nos hacen bailar unas chacareras que si bien, no tenemos mucha idea, salimos a bailotear junto con las demás personas que están ahí. Todos intentamos los pasos y nos divertimos…
Al
final, el cantante hace una pausa y pregunta a cada uno los nombres, de dónde
vienen o adónde van. Nos toca el turno, les contamos que estamos cumpliendo un sueño,
que salimos a recorrer toda Latinoamérica. Nos escucha atentamente y nos dice:
“¿Sabían
ustedes que son unos privilegiados, de poder viajar hoy en día? ¿De invertir parte
de su tiempo en aprender viajando? La mayoría de las personas quisiera, pero no
puede, por diversos motivos. Aprovechen esta oportunidad al máximo… son unos
privilegiados.” - vuelve a reiterar.
Nos
vamos a dormir a la combi, pensando en esta última idea. Quizás aún no caemos
de la inmensidad y la importancia de este sueño. Esta reflexión nos abre un
poco más los ojos…
Carola y Cheché...
Pd: De regalito un relato de Eduardo Galeano, "Los colores":
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