lunes, 24 de marzo de 2014

Un oasis en el desierto. Pica, Chile.

Acompañá la entrada con este tema...Divididos "Dame un limón"




San Andrés de Pica 
(del quechua piqai´, "flor en la arena")

Estamos en el norte de Chile, en Pica. Algo así como un oasis en medio de todo este desierto. Es un pueblo rodeado de plantaciones de mango, limones, guayaba, y otros cítricos. Un paisaje impresionante. No se puede creer esto. Que de una tierra tan poco generosa cultiven estas exquisiteces que estamos saboreando desde que llegamos.

       
           
Logramos despegarnos de Iquique. Nos costó horrores. Estuvimos una semana intentando irnos y siempre nos aferrábamos a una excusa para poder seguir disfrutando de Alfredo, Ceci, Elena, Agus, Ulises y toda la gente linda que iba pasando por esa maravillosa casa que no le niega la entrada a nadie. Ni al más cagado de los soretes.

   
El pueblo conserva una tranquilidad admirable, la gente camina pausado, hay niños con sus perros jugando, hay pocos autos en la calle y todo marca un tiempo lento en Pica. Las cosas que vemos se aprecian mejor así, porque nos descubren a nosotros mientras caminamos. Podemos mirar todo y detenernos en cada detalle.

   
   
   
   

   
   

  
   

Típico de los pueblos de influencia española, todo se ordena alrededor de la plaza: la iglesia, el municipio, el museo con su biblioteca, y algunos comercios principales. Las reuniones más importantes suceden alrededor de la plaza. Estacionamos ahí la rusita para disfrutar de unos mates en la tarde de Pica. Se nos acercan algunas personas del pueblo para preguntarnos del viaje, intercambiar algunas palabras, y desearnos mucha suerte. Todos muy amables y dispuestos a ayudarnos en lo que necesitemos.

   


Vamos a conocer la Cocha, que son balnearios termales naturales en el medio del desierto. Esta olla natural se forma por el agua semitermal que sube o baja su nivel. Acá son más las cosas que no se pueden hacer que las que están permitidas. No se puede fumar, no se puede tirarse de las rocas que están a una peligrosa altura de un metro, no se puede bañarse con short de fútbol, no se puede hacer “pic-nic”, no se puede volver a dejar el bolso en el casillero (o sea que si te olvidaste la billetera y la querés buscar no te dejan volver a dejar el bolso) y todos los que te atienden tienen de cara de recién levantados a la décima potencia. Creo que solo falta un cartel que diga “prohibido divertirse”. A pesar de todo esto y del gordo cara de bull dog sin gracia que se hace el bañero es un lugar que vale la pena visitar. Algo de no creer ver tanta vegetación en medio del desierto…
                                  
   
Emprendemos una caminata por los alrededores del pueblo, deseosos de descubrir qué esconde toda esa vegetación tupida que se ve alrededor. A pocas cuadras de la plaza nomas se aparecen sembradíos enteros de plantaciones de cítricos y otros frutales. Todo es inmensamente verde y allá a lo lejos se siguen asomando las montañas del desierto.


                     


Nos asomamos a uno de los campos ya que vemos a unos hombres trabajando. Se acercan y nos invitan a quedarnos si deseamos. Aceptamos y nos muestra con orgullo las plantaciones que tiene con su familia. Se trata de un campo con algunos frutales: mango y limones. Es curioso ver que el suelo donde crecen estas plantas es arenoso, totalmente seco, sin verde. Nos cuenta que el riego es por acequias, una vez a la semana, abren las puertas de la canaleta e inundan el campo de borde a borde por un determinado tiempo. Luego cierran el agua y dejan secar el terreno hasta el próximo riego. Así con el clima seco, las plantas van creciendo de una forma muy especial.

                       


Las plantaciones de Pica son muy conocidas porque justamente de esa combinación de suelo arenoso y de clima seco, es donde vienen los mejores cítricos, y uno de los más conocidos es el limón de Pica, que es una especie diferente de limón del resto del país.

Se ha desarrollado fuertemente la actividad agrícola en esta zona, la mayor parte de su producción es distribuida en otras regiones de Chile, e incluso los exportan como limones de altísima calidad.

                               

                                           

   

El atardecer es para recordar, caminando nos acercamos a los puestos de dulces caseros. Encontramos toda la variedad que podamos imaginar. De todas las plantaciones que hay en Pica, hay dulces: de mango, limón, guayaba, naranja, etc. Nos llevamos unas mermeladas y unos alfajores rellenos de guayaba y mango para acompañar el mate en nuestro viaje de regreso.

En el camino disfrutamos mucho de estas exquisiteces que brinda esta tierra de Pica.
                             
                                      

Carola y Cheché


(más imágenes en la sección Fotos)

sábado, 22 de marzo de 2014

Atrapados en Iquique, Chile


Acompañá la entrada con este tema de Los Piojos "Fijate"



Tené cuidado” -me había dicho Fede- “esta casa te atrapa”. Al principio me resultó un tanto exagerado, no creía que nos íbamos a quedar más de una semana en Iquique. La ciudad era linda, el departamento increíble pero no teníamos la idea de pasar muchos días.


Pensamos quedarnos por diez días nomas”. Eso fue lo que dijimos a Ceci y Alfredo. En verdad era la idea pero resultó una mentira más grande que una casa. Después de conocerlos a ellos, con tantos buenos tratos, hospitalidad y todo lo hermoso que nos pasó en Iquique la idea primaria quedó trunca. Nos quedamos treinta y un días.


Vista general de Iquique


Llegamos a Iquique, una costanera llena de palmeras nos recibe, se ve el mar bien azul y unas olas increíbles. Grandes carteleras con publicidades, grifos y muchos autos. La ciudad parece grande y lo primero que hacemos es buscar la casa de nuestro Couchsurfing. Llegamos al edificio en la punta de la península de Cavancha, donde se unen las dos costaneras de la ciudad. Nos recibe Alfredo con una bienvenida increíble, como a dos amigos de toda la vida. En su casa están hospedados otros dos viajeros; cordobeses también y es una alegría inmensa encontrarnos con personas de nuestro lugar: Fede y Brenda, una pareja que están recorriendo parte de Latinoamérica hace un poco más de siete meses. Ellos ya están regresando para Argentina así que compartimos tres hermosos días juntos, hasta su partida.

                                                                            
                  

   
                                                         
    


Compartimos un riquísimo maldum  (comida árabe) que Cheché preparó para todos.

Con los días nos vamos incorporando a la vida de los Kiefer. El departamento donde viven es un sueño, una vista al mar impresionante nos despierta cada mañana. El azul intenso del cielo te invita a estar largo rato mirando la ciudad y tomando fresquito en el balcón.



Vista desde el balcón de la casa de Alfredo.

                                                                                                   

Los personajes principales de la familia Kiefer:

Alfredo:


Este muchacho es una gran persona que se brinda plenamente en todo momento, está atento a que te hace falta, siempre busca compartir algo. Gran personaje, sincero, de gran generosidad, excelente consejero. Vale oro. Con él no faltan los momentos para cagarse de risa, su humor negro, su humor ácido, su ironía inundan casi todos los días de alegría y carcajadas. Es de los mejores contadores de anécdotas que escuchamos. A través del humor te puede dar muchas enseñanzas. Te da todo lo que tiene a su alcance y un poco más, desde que pisas su casa te trata como a un hijo, como a un hermano, se brinda plenamente, te hace sentir querido y cuidado. Te da toda su confianza y le gusta que lo trates así también, en pocos días se va formando una amistad sincera y fuerte. Es desprendido de sus cosas, te da todo para que lo tengas a disposición, le agradan los gestos desinteresados también, es por eso que fue tan fluida nuestra comunicación, ya que nosotros quisimos compartir todo lo que pudimos en nuestra estadía.


Aparte de todo esto, tiene una excelente mano para la cocina y la parrilla. Alfredo tiene una panza bastante considerable, sospechamos que esta “empachado” de generosidad.


                                                                                   
La pequeña gran Ceci:

Dieciséis. Esos son los años que acusa Ceci en su documento. Nada que ver con la madurez que carga sobre sus hombros. Ella es una persona increíble, abierta, sincera, enamorada de sus animales y solidaria con la que podes hablar de absolutamente cualquier cosa. Se brindó en cada momento para unos mates, una caminata por la playa, enseñarnos lo que pudiera de su ciudad y de su cultura. Se abrió a nosotros a contarnos sus miedos, su crecimiento, y sus sueños futuros. Es sensible, siempre está atenta a los demás. Graciosa y divertida, dispuesta a amoldarse a cualquier situación. Todos estos valores que tiene hacen que sea una persona hermosa y muy especial. Fue nuestra hermana, nuestra compañera en todo el tiempo que usurpamos su casa. Ojalá pueda concretar todos sus sueños, se lo merece exageradamente.


                                                                                           
Clayton:


Lo buscaron de la calle, es un perro muy inteligente, sólo le falta hablar. De toda maneras se da cuenta de cualquier movimiento que hay en la casa, quién llega, quién se va, te mira a los ojos y entiende siempre todo lo que está pasando. Nos va a despertar todas las mañanas a la combi, nos golpea la puerta con la cola y con su alegría nos pide que lo llevemos a pasear por la playa de Cavancha. Nosotros encantados, lo paseamos a la mañana y a veces por la tarde.

                                                                     

Muchas veces Alfredo lo deja abajo y él se da una vueltita solo…cuando se cansa entra al edificio, los porteros le abren el ascensor, le marcan el piso, meten al perro y él se va al piso doce. Increíble Clayton se pasea solo, aunque siempre prefiere estar en compañía.



En los días que estamos le toca a Clayton bañarse, somos los primeros que nos ofrecemos a hacerlo. Sus caras dicen más que mil palabras…

                                                             

                                                                         

Clayton metido en una frazada después del baño

Los gatos: Kenia, Fili y Tomás



Tres personajes que completan la alegría que hay en esta casa. Juegan por todas partes, son curiosos y buscan siempre nuestro cariño. Hay un momento del día que les agarra la locura de correrse entre ellos a toda velocidad. Es un show verlos divertirse así; Fili corre por el pasillo y se trepa a la pared en forma horizontal y sigue. Nosotros bautizamos ese salto como “matrix”. Así están correteando un buen rato hasta que se cansan y terminan todos acostados en la cama de Alfredo, esperando que él vaya a dormir (donde le quede un lugarcito, claro)
            

Hermosa Kenia
Atorrante Fili

Tierno Tomás
Kenia jugando con nuestros trompos. 

Fili y Kenia jugando a las escondidas

Los Kiefer son excelentes personas y grandes personajes, de esos que son difíciles de encontrar, y cuando sucede es un gran regalo de la vida hacer amigos así. Los queremos llevar de viaje y quisiéramos tenerlos a nuestro lado siempre...Nos hicieron sentir parte de la familia, cuantos lindos momentos compartidos!!!


Alfredo, que es un gran cocinero, junto con Cheché prepararon exquisitas comidas y pudimos compartirlas entre todos.

En Iquique nos castigamos con algunos de estos platos

Conociendo Iquique

Alfredo y Ceci se esmeran todo el tiempo en hacernos conocer la ciudad y su cultura. La ciudad de Iquique es un destino muy conocido por los turistas, es muy pintoresca y ordenada. Tiene playas tranquilas, las olas del mar son grandes, las cuáles atrae a los surfistas que buscan los mejores lugares del Pacífico. También es muy conocida por los parapentes, ya que Iquique junto con Río de Janeiro son los lugares del mundo con las mejores “térmicas”, para aprovechar y disfrutar del paisaje.


                                                                      


                                                                       

                                                                        


                                                                           

                                                                           

Iquique está rodeada por el inmenso desierto de Atacama, todo es muy árido, seco y casi no existe la vegetación. En su periferia se puede observar el imponente Cerro Dragón, que hace de contención a la ciudad. Los habitantes y los turistas se apropian de este cerro haciendo algunos deportes como sandboard o circuitos en camionetas.

                                                                           


                                                                                           

Las dos costaneras: Playa Brava­­­ y Cavancha están bordeando toda la ciudad. Playa Brava es más aprovechada para hacer deportes, no es muy apta para bañarse, porque el mar en este sector es más abierto y peligroso. En cambio playa Cavancha conforma una bahía, y es la zona más recomendada para bañarse.­­­­­­­­­

Recorrido peatonal por Playa Cavancha
                                                                           
Aprovechamos a hacer caminatas por la playa a toda hora, lo más hermoso fueron los atardeceres que disfrutamos. Niños jugando, personas haciendo su caminata diaria, ciclistas, vendedores ambulantes, parapentes que aterrizan en la arena. Mucho movimiento en este espacio tan preciado para la gente de la ciudad.


                                                  

                                                                       

Alfredo nos lleva a conocer la Zofri: que significa zona franca de Iquique. La zofri está ubicada en un barrio en las afueras del centro de la ciudad, en un gran shopping comercial. Por esto, es considerada una ciudad estratégica ya que llegan productos más competitivos para los negocios y el comercio.


Antes de preparar las ricas comidas, vamos con Alfredo al mercado de la ciudad conocido como “El Agro”. Éste se encuentra ubicado en un barrio en las afueras de la ciudad. Es una extensión grande de venta de productos y hay una gran variedad de verduras, frutas, indumentaria, ferretería, etc. Es un barrio entero lleno de pabellones. Todo está a buen precio, muy accesible.


                                               

Ceci nos acompaña a recorrer el puerto y sus alrededores. Pasamos por el centro antiguo, y luego nos dirijimos al puerto. Este es  el lugar donde llega la mercadería que luego se vende en la Zofri. Además de ser un lugar de intercambio, se preparan comidas como ceviches o pescados. 

                                                             


                                                        


                                                                       
                

                                                                     


                                                            
                 

                                                                           


                                                                                        


                                                                               


                                                           

                                                                     

                                                                                                

Oportunidad de trabajo en Iquique


Haber trabajado en Iquique fue una experiencia hermosa. No esperábamos que se nos diera trabajar tan pronto, nos sorprendió esta oportunidad, que terminó siendo única para los dos. En los días que estuvimos en la casa de Alfredo, le comentamos que Cheché tenía pensado cocinar en los países que visitemos de Latinoamérica, y si podía a mí también me encantaría tener alguna experiencia en mi profesión. Dijo que quizás nos podía conseguir algo, que iba a contactarse con unos amigos. Pasaron algunos días, y visitamos el local de Julito en Alcaparra. Lo conocimos y quedamos en una respuesta para Cheché.



Por otro lado, Alfredo se contactó con Cristian, un arquitecto amigo de él, para pasar por su casa y compartir una tarde, donde poder conocernos todos. Fue un encuentro hermoso, compartimos en el patio de su casa unos ricos tés con pancitos que preparó su esposa Cristina. Nosotros llevamos nuestro mate para compartir también nuestra costumbre. Cristian nos preguntó de qué se trataba nuestro viaje, quería conocernos un poco más. Le contamos que era un sueño que estábamos viviendo: recorrer Latinoamérica de Córdoba a México y que nuestro mayor interés es conocer a la gente de cada lugar al cual visitamos. Lo que más nos quita el sueño es el intercambio humano.



Cristian quedó encantado con todo lo que le dijimos, en un momento nos mira y nos dice: “¿Ustedes se dan cuenta de todo lo que van a vivir?” y completó con una frase que nos impactó a los dos…Nos dice: USTEDES A LA VUELTA DEL VIAJE VAN A SER UNOS TITANES y fundamenta… "Nada los va a vencer, van a poder resolver muchas cosas, enfrentar lo que sea. Nos dejaron pensando mucho sus palabras…



El taller de arquitectura donde trabaja Cristian está en su misma casa, pegadito al patio. Nos invita a conocerlo y nos muestra algunos proyectos con maquetas que se exponen en las paredes del taller. Miramos su blog con muchas experiencias de arquitectura que hizo y nos cuenta de su trabajo. Yo quedo encantada, me pareció un espacio increíble de trabajo, con obras de arquitectura de muy buena calidad. Me parecía un sueño trabajar ahí unos días…Cuando nos despedimos, Cristian quedó en darme una respuesta.



En los días de espera, me sentí con miedo de entrar a trabajar ahí, ya que me parecieron trabajos muy profesionales y de insegura sentía que quizás no podría aportar demasiado, por mi poca experiencia aún en obra. Pero Cheché estaba allí para animarme y darme fuerzas diciéndome que tenía mucha capacidad y seguro iba a ser una experiencia muy buena para mí. Que no me deje ganar por esa ansiedad o miedo.



A Cheché en esos días lo aceptan en Alcaparra donde sería aprendiz de sushi por dos semanas con Julito que tiene mucha experiencia en esa comida. A los pocos días Cristian lo llama a Alfredo diciéndole que me esperaba en su taller el lunes para empezar. Nos pusimos felices los dos por estas grandes oportunidades!!!!


Trabajo de Carola: En el taller de arquitectura de Cristian Fernández.


Acordando por teléfono con Cristian, el primer día de trabajo quedamos en encontrarnos en la obra donde haríamos un proyecto de intervención. La obra que me propone de trabajar es la remodelación del patio del Hotel Divasto, me queda cerquita, justo a la vuelta del departamento donde vive Alfredo. Nos encontramos, con Cristian está Felipe, un arquitecto que trabaja con él, nos presentamos y me muestran el hotel y me invitan a hacer todas las propuestas que se me ocurran. Desde el primer momento siento la comodidad de trabajar con total libertad, ellos me trasmiten la pasión de trabajar la arquitectura con amor y con total compromiso.


Vuelvo del primer día de trabajo ¡¡¡entusiasmadísima!!!! Se me sale el corazón de lugar, llego y espero a Cheché para contarle toda esta emoción que siento. Cuando nos vemos el siente lo mismo…No podemos creer estar en este momento del viaje, aprendiendo tanto…



Los días que siguen, me levanto siempre con las mismas energías de ir a trabajar. Agarro la bici y voy por la ciclo vía de la costanera. Siento la brisa del mar en la cara, hay mucha gente corriendo en la playa, caminando y otros paseando sus perros desde bien tempranito. Me sé el camino de memoria, pero lo disfruto porque igual siempre cambia. Llego hasta la calle empinada donde tengo que doblar para ir a la casa de Cristian.

Me reciben mis compañeros todas las mañanas como si fuéramos colegas de toda la vida, me acomodo en mi tablero y empiezo a meterme en el proyecto del Hotel Divasto. Se largan los cafecitos bien calientes con galletitas. Este ritual nunca falta, los ricos cafés que nos deja Cristina todas las mañanas. Este momento nos distiende, hace que intercambiemos opiniones, antes de seguir trabajando.



El taller es un sueño por donde lo mire. Un espacio lleno de magia!!! La luz natural entra por las ventanas corridas que hay arriba y debajo. Maquetas y láminas de proyectos, todo inspira a generar nuevas ideas.

Espacio increíble de trabajo: magia e inspiración. 

Manuela nos acompaña todas las mañanas mientras dibujamos…

Autos de colección que tiene  Cristian en el taller

Mis colegas-compañeros de trabajo son unos grosos. No sólo en el trabajo como arquitectos, sino como personas en la vida. No fue demasiado el tiempo que compartimos, pero siento que los conozco lo suficiente, para darme cuenta de esto.


Cristian Fernández es un arquitecto muy reconocido en Iquique, la ciudad tiene muchas obras hechas por él. A pesar de su renombre, tiene una sencillez y una humildad admirable. Su pasión por el trabajo se trasmite en cada conversación que tenemos. Además es un gran artista, su casa está llena de vida y color. Se sumó a nuestro sueño desinteresadamente dándome esta hermosa oportunidad.



Felipe Martínez es muy emprendedor. Siempre dispuesto al intercambio de ideas. Su pasión además de la arquitectura son las maratones. Todos los días se levanta tempranísimo y sale a correr por la playa. Cuando salimos de trabajar también se va a correr. Está entrenando para una mega maratón de 70 km que se correrá en enero de 2014. Me contagia estas ganas que tiene y su constancia por mejorar y crecer. Me enseñó programas y conocimientos muy útiles.



Valentina Chávez Muñoz está terminando la tesis de arquitectura. Es una divina, siempre me da algún consejo o tiene cosas para contarme. Sencilla y con muchas ganas de aprender siempre.


Fernando, con él no compartí muchos días ya que se tomó licencia para casarse. Volvió al taller los días que ya me iba…



Felipe, Valentina y yo. Gracias amigos por compartir conmigo esta increíble experiencia

El equipo completo del taller de arquitectura: Arqtos. Cristian, Valentina, Felipe, Fernando y yo. Manuela y Bongo también se suman a la foto.

Todos los días después del taller nos vamos con Cristian a ver la obra. Vamos viendo los cambios de a poquito, los obreros son muy piolas y siempre me dicen - “¿arquitecta esto está bien?…o “¿cómo seguimos acá?”- me hacen sentir importante y yo soy la que estoy aprendiendo todo el tiempo de ellos.

Trabajando en la nivelación del patio del hotel.
Mi pequeña intervención en el proyecto.


Trabajé dos semanas en el taller. Cristian me dice que el lunes ya no venga mas…yo me siento extraña porque quiero seguir yendo, me siento tan cómoda ahí que no me imagino no ir más. Es lunes, agarro la bici y me voy a visitarlos lo mismo. Me tomo el cafecito con ellos, el de todos los días. Ellos me cuentan que sienten lo mismo, que hay un vacío y que también se habían acostumbrado a mi y todo lo que compartimos. Quedamos en hacer proyectos juntos a futuro, uniendo Argentina y Chile.




Primera etapa del proyecto terminada. Hotel Divasto. Iquique, Chile.

Carola.


Trabajo de Cheché: Sushi en Alcaparra Green Food.

En bicicleta al trabajo…


Empiezo este relato por segunda vez. Recién no sé que toque en la pantalla táctil de la notebook y se me desapareció todo en un segundo. Tic, tic y los cinco párrafos miserables que había escrito con tanto esfuerzo, porque son las dos de la mañana, se fueron al tacho. Encima tenía esa sensación que nunca tengo de que me había quedado lindo, agradable.



Vuelvo a empezar.



El texto decía algo así…



Salgo con mi bicicleta de Alcaparra (así se llama el local de sushi y ensaladas de Iquique) voy por la Obispo Labbe en contramano hasta esa calle que no le aprendí el nombre y siempre me pierdo, doblo hasta la plaza Prat. Mientras escucho con el mp3, que encontré ayer abandonado en el fondo de la mochila y que hoy estrena pilas, Janis Joplin. Va de la mano con el hermoso día radiante que tenemos. En realidad todos los días son radiantes acá en Iquique. Nunca llueve, es seco, casi no hay humedad -al menos comparado con el infierno de San Francisco para esta fecha-. Tomo la Baquedano y mientras gambeteo turistas con sus gorros y medias a mitad camino, tengo esa extraña sensación que uno tiene cuando ha hecho las cosas bien pero ya llego a su fin. Que esto tan lindo que se dio tiene que guardarse para que la rueda siga girando y así dar lugar al nuevo desafío. Me concentro tanto pensando en eso que casi no presto atención a la vieja australiana (para mí que era australiana) que viene caminando y casi choco. Me mira como miran esas viejas cuando se sienten poco respetadas y le pido perdón, apenas me mueve la cabeza y sigue. De vuelta en mis pensamientos me pongo a recordar lo valioso que fue llegar a este lugar. Antes de venir a lo de julio estuve merodeando para poder entrar en un restaurant cerca de lo de Alfredo. Entre idas y vueltas no se dio (por suerte). Al otro día de que me lleve un fiasco, por la charla con el dueño del restaurant que poco entendió mi idea de aprender, llamó Julio a Alfredo y le comentó que un amigo tenía un lugar. Necesitaba una persona en una cafetería. Yo tenía que hacer pizzas, sándwiches. Me iban a pagar por día “x” monto y todos felices. La otra opción que tenía era ir a lo de Julio, que es amigo de Alfredo, a aprender a hacer sushi y algo de comida nikei. Esta última opción no era paga pero era la que más me tentaba. Alfredo corta el teléfono y me comenta toda esta situación. Enseguida le digo que prefiero aprender, que le diga a julio que quiero ir a su local a laburar. Alfredo habla con julio que se pone de acuerdo con el dueño del local y al otro día empiezo a trabajar, a aprender y dar una mano en “Alcaparra”.



Julio me regalo lo más preciado que uno puede tener en la vida que es su conocimiento. Me lo regaló como diciendo toma una pelota, anda a jugar. Siempre desinteresadamente. Luciano otro personaje de Alcaparra me ayudó mucho dándome consejos y buena onda a cada momento, el ambiente de laburo era muy agradable y había pocos lugares para los conflictos al menos en el tiempo que me toco compartir con ellos.



Cruzo para la costanera por la senda peatonal y todavía me sorprendo que los autos que vienen de una avenida a 60 km por hora paren su marcha para dejarme pasar. Tomo la ciclo vía de madera, la que va más cerquita de la playa. El sol me castiga la cara mientras los culos completan la postal con sus diferentes matices veraniegos. De repente, Janis Joplin muta extrañamente a La Konga!!!! La kon ga!!! (grupo musical de cuarteto cordobes). Maldigo al hijo de mil putas que me estuvo tocando el mp3 y a la vez lo dejo correr mientras me acuerdo del gordo Lucho, Manuel y el negro Chueco que siempre se reían de esta canción. Mientras el muchacho este que canta me seca la cabeza y “…hoy quiero amanecer en una cabaña…” y no sé qué otra gilada llego a la casa de Alfredo y Ceci con evidentes muestras de una pedaleada intensa. Me preparo unos matecitos que comparto con el loco Alfredo mientras espero que Carola llegue de su trabajo para poder darle un beso, salir a caminar, juntar tapitas para nuestro reciclaje compartiendo uno de nuestros últimos atardeceres de este generoso Iquique.



                                                                 

Cheché


Ampliamos nuestras artesanías: creamos objetos reciclados



En las caminatas por la playa encontramos mucha basura tirada, y empezamos a pensar si podríamos aprovecharla para producir algunos objetos nuevos. Llegamos a juntar en la playa 500 palitos de helados por día, muchas botellas plásticas, tapitas, etc. Fue así que surgió la idea de ampliar nuestras artesanías y decidimos hacer juguetes reciclados. Almacenábamos los materiales en botellas y de a poco empezamos a crear los objetos. Alfredo le puso a Cheché un nuevo apodo: “Bichicome”, que en Uruguay significa hurgador de basura.



Tapitas recicladas en trompos
Billeteras recicladas: hechas con los envases de tetra pack
En los días que pasamos ahí, nos ponemos a producir algunas agendas más, y nos vamos preparando para el fin de semana ir a probar suerte en la costanera. Es la primera vez que “tiramos el paño” exponiendo nuestras artesanías, sentimos ansiedad y un poco de miedo a lo desconocido, pero por otro lado nos interesa el intercambio con las personas y generar también algunos ingresos con lo que producimos.


Como no teníamos cartel, improvisamos uno escrito a mano, contando nuestro propósito del viaje y que el aporte de la gente nos ayudaría a llegar a cumplir nuestro sueño de llegar a México.

Paño Sueño Latinuamericano

                                                                 
              
Todos los puestos vendían productos industriales, y como está zona franca en Iquique, se consigue todo al por mayor y la reventa es a poco precio. Es imposible vender algo artesanal y a un precio con valor agregado por el trabajo artesanal que tiene cada objeto.



Vendimos una sola agenda (una que me ayudó a pintar Sofi, ¡¡¡gracias amiga!!!), pero no importó cuánto vendimos esa primera vez, rompimos el hielo de ser artesanos y disfrutamos mucho del intercambio con la gente.



Despedidas


Julito en la casa de Alfredo

                                                          

Comida gourmet en la casa de Cristian

Con Cristian y su familia ya somos amigos y quieren despedirnos como tal. Él nos propone hacer una cena gourmet donde todos cocinemos a lo “Francis Malmann”, afuera en el patio al aire libre , aprendiendo juntos a cocinar, disfrutando del proceso y compartiendo entre todos.


El menú propuesto: Pizzas caseras que prepara Cristina, sushi que nos enseña a preparar Cheché, una tarta que trae Alfredo. Para tomar: unos ricos vinos y unas cervezas artesanales que trae Felipe, de un emprendimiento que tiene con amigos.



                                                         

                                                       
              

                                                             
                 
                    
Cheché nos enseña a todos a preparar sushi. Paso a paso, todos armamos nuestro rollito.

                                               


                                                              
En los invitados hay una amiga de Cristian, se llama Joanna y es periodista. Él la invitó especialmente para que nos conozca y le contemos de nuestro viaje. Después de esa noche compartida, ella nos invita en la semana para hacernos una entrevista en su programa de radio. Agradecidos quedamos en estar ahí.


Disfrutamos de la cena al aire libre

La noche fue increíble, buena música, la comida que preparamos entre todos fue exquisita. Sentimos que estamos fortaleciendo nuevos lazos de amistad para el futuro. 

¡¡¡muchas gracias por todo!!!! tenemos buenos amigos para visitar en Iquique
 ¡¡Los queremos!!!!!!

Entrevista en Radio Paulina, Iquique.

Fuimos hasta la radio en nuestras bicicletas. Estamos ansiosos y felices por estas oportunidades que se nos están dando en el viaje. Llegamos minutos antes que empiece el programa, y ahí nomas pasamos. Luz roja y en el aire. Los periodistas inician el programa con una introducción que era de otro tema, y de pronto nos presentan y nos dan el pie para empezar a contar. Hablamos tranquilos y contamos poco a poco todo lo vivido hasta ahora en el viaje.


Fue una linda entrevista, nos escucharon en vivo nuestros amigos de Iquique. También nos regalaron el audio que luego subimos en facebook para compartirlo con todos nuestros amigos.



Gracias Joanna por esta oportunidad que nos brindaste de expresar lo que vivimos y poder contagiar a otros viajeros a realizar esta aventura.


Los periodistas y nosotros en la entrevista en Radio Paulina

Conociendo a nuevos viajeros


Llegan nuevos viajeros a la casa de Alfredo: Marybel de Ceuta (España, ciudad autónoma en África), Gudrun de Alemania; y los argentinos de Buenos Aires: Ulises y Agustina.



Con Agus y Ulises empezamos a compartir charlas y entre mates nos dimos cuenta que coincidimos en muchísimas cosas: emprendieron el mismo viaje con el mismo destino que nosotros, recorrer Latinoamérica hasta México, salieron el 23 de septiembre, diez días antes que nuestra partida, les apasiona la fotografía, lo cual compartimos. Tienen sueños y expectativas similares a las nuestras. Creemos que esta amistad puede fortalecerse y seremos buenos amigos.



                                                                     
Compartimos todos juntos unos días hermosos, hicimos muchas comidas caseras y disfrutamos de una exquisita parrillada en la terraza del edificio.

                                                  


El barquillo que nos enseñó Marybel: hacer un huequito en un bollo de pan, agregar aceite de oliva y una cucharada grande de azúcar
                                     
Vamos a vender nuevamente a la costanera, esta vez, acompañados de nuestros amigos Agus y Ulises (Blog: instintonomada.blogspot.com.ar)


                                                   


Nuestras artesanías: Sueño Latinuamericano

¡¡¡Que gran equipo!!!!!!

Experiencia de vuelo en parapente


Nos tentaba mucho la idea de tirarnos de parapente, un lugar con las mejores térmicas, teníamos que aprovecharlo. Averiguamos precio y sin pensarlo mucho, allá vamos.


El despegue siempre se hace pasando el Cerro Dragón, en el punto más alto de la ciudad, el vuelo dura aproximadamente cuarenta y cinco minutos y se aterriza en una de las dos playas de la ciudad.



                                              
Nuestros amigos nos hicieron el aguante en el despegue.


Nos dieron las instrucciones en el lugar minutos antes de tirarnos…Sin mucho más, correteamos y los pies en el aire!!!

                                                          
Cuando menos me doy cuenta el instructor me pregunta “¿y cómo estuvo el despegue?”, miro para abajo y la tierra estaba allá lejos. La sensación de estar en el aire es realmente como volar, no sentís el peso del cuerpo, todo está suspendido…

Despegue de Cheché
                                                                      
El parapente hace algunos giros en círculos, hasta que se arrima a un cerro, para captar las mejores térmicas que suben, ahí nos expulsa el aire para arriba, alcanzando mucha altura. Es así que el parapente toma velocidad y empezamos a atravesar toda la ciudad, hasta llegar a la playa.


                                                                      

Vista de Iquique desde el vuelo en parapente

El aterrizaje resulta suave, hay que ir caminando cuando nos acercamos a la arena…hasta que el parapente se desinfla.


Aterrizaje en la playa Cavancha


Después de tantas despedidas y amagues para irnos, hay que partir de verdad. Armamos bien la combi y fijamos el día. Nos sacamos una última foto con nuestros grandes amigos que hicimos en Iquique. Alfredo y Ceci esperamos verlos pronto, para seguir compartiendo momentos tan lindos como los vividos juntos. Mil gracias por todo, por abrirnos las puertas de su casa y de su vida, y brindarnos su cálida amistad en cada momento.

A Ulises y Agustina les decimos hasta un tiempito…ya que seguramente nos volvemos a cruzar en el camino.


La despedida de Iquique: Agus, Ulises, Ceci, Alfredo, Cheché y Carola. ¡¡¡seguro nos volveremos a ver amigos!!!

Agradecemos a la vida, habernos cruzado a buenos amigos como los que hicimos en Iquique, gracias por entender nuestro sueño y sumarse a él. ¡¡¡Los queremos mucho y los llevamos con nosotros en nuestro viaje!!

…A seguir soñando….

¡¡¡Vamos a convertirnos en TITANES!!!!



Carola y Cheché