lunes, 6 de enero de 2014

PACHA K´ANCHAY. Mágico lugar de aprendizaje. Salta, Argentina.

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PACHA K´ANCHAY.
Emprendimiento Sustentable llegando al Parque Nacional el Rey. Salta, Argentina.

La habíamos visto al costado del camino, cuando íbamos rumbo al Parque Nacional El Rey, en Salta. Dijimos “a la vuelta paramos a conocer esta casona grande de barro, creo que es un camping, creo que eso decía en el cartel”…
La intriga de qué se trataba esa construcción de barro estaba latente. Volviendo del Parque, luego de pasar unos increíbles días en el medio de la naturaleza, esperamos expectantes que se apareciera frente a nuestros ojos, esa obra que coronaba la montaña.
En una de las curvas nos sorprende, y se aparece a nuestra izquierda. Paramos “la rusita” y bajamos. Ahí arriba se ven unos pocos hombres trabajando, que van y vienen con algunos materiales de obra.
 - “Bajemos y preguntemos de qué se trata esto y si podemos parar a pasar la noche”- fue la propuesta de Cheché. Atrapados por la curiosidad, bajamos.


                                


A nuestro encuentro sale un hombre a saludarnos, se presenta como Turco, parece ser el dueño del lugar, y empezamos poco a poco a preguntarle de qué se trataba aquel emprendimiento.
Comienza a contarnos, con el entusiasmo de quien le cuenta a otros un gran esfuerzo llevado a la realidad…

…“Pacha k´Anchay es un emprendimiento que yo tenía pendiente, me dediqué muchos años a formarme en todo lo relacionado a la sustentabilidad, a la bio-contrucción, al ambiente…No soy arquitecto, ni ingeniero….sino que me apasiona ese aspecto y quería hacer algo con todo eso que aprendí…Más bien fue como un sueño que anhelaba concretar, de crear un espacio compartido que pueda ser sustentado como una verdadera comunidad entre personas. Me imaginé un lugar natural, sustentable de todas las formas posibles, repleto de vegetación y animales libres…un lugar en el mundo donde cuidar el ambiente, respetándolo y aprender de él.
Y sigue contando casi sin pausas…“Tengo pensado alojar a personas en habitaciones, que aún estamos terminando, y también estoy preparando en el fondo del terreno un camping en medio de la naturaleza. La esencia del emprendimiento es que las personas, en el tiempo de estadía que pasen en el lugar, puedan aprender y compartir juntos, cooperando entre ellos para cuidar el ambiente.”

La idea sonaba fantástica: un desafío de un sueño llevado a la realidad y una apuesta al ambiente comprometida.

                                    
Mientras escuchamos su relato, la sala de doble altura llama nuestra atención, un gran recinto construido casi por completo de barro, y como protagonistas asoman botellas de vidrio de colores, como destellos por donde entra la luz del sol. Increíble atmósfera. Parece que el suelo cobró vida y se levantó para moldear aquella obra de barro maleable y firme.  

                                 
…“Una parte tuvimos que hacerla de hormigón armado” nos cuenta y rompe nuestra ilusión de que todo fuera enteramente de barro. Y agrega… “ por normas sísmicas, no permiten que sea toda la obra de adobe, no podría ser resistente…puras mentiras” - nos dice…, “esas son especulaciones de los gobiernos para no dejarnos hacer algo totalmente sustentable. Aún no lo entienden, creen que todo construido completamente de adobe, no es rentable, cuando en realidad si lo es, toda la obra sustentable es mucho más eficiente para el ambiente pero ellos no lo ven rentable, ya que no venden materiales en la industria, por eso nos exigen estructuras sísmicas. En fin…hay que adaptarse a eso para que nos aprueben la construcción de la obra.”

Detalles de barro y botellas plásticas./ Ventanas: parabrisas de autos y botellas de vidrio.
Ya buscamos con nuestros ojos poder ver más y salir a recorrer para vivenciar todo con nuestros sentidos. Seguramente leyó este deseo en nuestros gestos, y nos invitó a descubrir cada rinconcito del emprendimiento.
Apenas salimos empezaron a aparecerse construcciones aisladas en el terreno…una ducha, una cocina abierta, las huertas al aire libre, el gallinero, un baño seco, galpones con herramientas, muchos árboles de frutales y otros autóctonos esparcidos por todo el terreno. Un paraíso inimaginable en cuánto al cuidado del ambiente…un lugar tan puro y sustentable pensado para ser vivido plenamente.
De cada partecita, Turco nos explica un poco, entusiasmado:

La ducha aislada

En un principio fue el baño, luego le agregaron la cobertura del techo de lona, dejándola abierta para ver el cielo y estar en contacto con clima. El revestimiento interior está hecho con pedacitos de cerámica partida, recicladas de otros cerámicos que se juntan.
El calor del agua caliente de la ducha es alimentado por una caldera donde se tira la leña de árboles que se recolecta y que no es buena para cocinar.

El baño al aire libre con su caldera externa
El baño seco

Se conforma de un ante baño hecho con un pequeño espejo y dos teclados reciclados de computadoras, embutidos en el muro. Por una pequeña puerta se pasa al baño, donde está en un rincón el inodoro que contiene abajo un recipiente seco. Al costado hay tres tachos plásticos que tienen: cenizas y aserrín.
Lo diferente que tiene este baño seco es precisamente esto, cuando se utiliza el servicio higiénico, en vez de tirar la cadena convencional utilizando agua, se junta aserrín o ceniza de los tachos y se lo echa adentro del inodoro. Luego de acumularse contenido, se abre compuerta, donde se pasa a una cámara que se descompone y luego se usa para abono del suelo.

Hay detalles  dentro de este pequeño baño que refuerzan “lo reciclado”: una pared de botellas plásticas rellenas de papeles, embutidas en la pared, y tapitas de colores que forman el piso.
El resto de las paredes no llegan al techo y están abiertas, lo que permite que el aire ventile rápidamente el baño y a la vez se tenga el contacto parcial con el exterior.
Es una experiencia distinta, única y consciente usar un baño así, uno siente que todo se utiliza, incluso los desechos. Y ni hablar que casi…, uno está en el baño en medio de los árboles…

Detalles de teclados formando estantes en el baño
El piso del baño con tapitas plásticas y recortes en mármol.
El interior del inodoro lleno de cenizas. Paredes con botellas llenas de basura plástica. 
La cocina abierta

Cocinar casi al aire libre es el planteo que hacen en Pacha. Mientras se lava las verduras, se escuchan los pájaros que visitan la huerta orgánica, se siente el aire y el sol; y uno puede pasar horas en este recinto semi-cubierto lleno de magia.
Es un lugar sencillo pero completo: una mesada con utensillos colgando para su fácil acceso, una cocina a leña antiquísima pero en excelente funcionamiento, una pequeña mesada para amasar y por debajo un estante donde almacenar la leña.
Casi en el medio, como protagonista está el horno de barro, donde prometen salir exquisitos platos y ricas pizas "a la piedra". En el otro extremo una alacena de platos, vasos y alimentos secos.

Todo al alcance, para usar y disfrutar del buen preparado de los alimentos y de su disfrute en la comida.
Cocina abierta en contacto con la huerta
Cocina a leña
Concientización

Además del buen uso de los recursos y de los espacios para que el emprendimiento sea sustentable, el esfuerzo también está puesto en concientizar a las personas que pasan por allí en la separación de los residuos, en el cuidado del agua, y hasta en buenas normas de convivencia, que se recomiendan adoptar en todos los espacios compartidos.
Uno siente que todo el tiempo te están educando, informando e invitando a participar de ese sueño llevado a la realidad; un lugar sustentable que se forma entre todos.

                          
                          
                                
                        
Las huertas al aire libre

Se encuentran cerca de la cocina, y bajo unos enormes árboles autóctonos. Requiere mucho cuidado para que toda la variedad  sembrada tenga sus frutos.
La fruta y verdura que extraen es para uso diario del lugar, para cocinar a los huéspedes que se encuentren en el lugar en ese momento.

huertas orgánicas
El gallinero

Se compone de tres espacios; en cada uno hay diferentes especies de gallinas. Están vinculados entre sí y se los mantiene limpios de todo tipo de residuos. Se extraen de diez a quince huevos por día.
Turco aprovechó un acoplado de un auto que tenía en desuso, para hacer un espacio doble dentro del gallinero, y un espacio por donde dejar la comida.
                       
El gallinero.
Baños orgánicos en el sector del camping.

Estos baños orgánicos funcionan como el baño seco, está construído de adobe y se utilizó un revestimiento ingenioso en el interior. La hermana de Turco trabaja en el hospital y todas las telas de gasas es desuso las aprovecharon para hacer el revestimiento interior, las pegaron sobre el muro de adobe y así, funciona como aislante hidrófugo. Luego se pintó y se decoró con murales.
El techo es de polipropileno para dar transparencia y no utilizar luz artificial.

Baños secos exteriores
Detalles del muro: gasas mezcladas con adobe pintadas.
                         
Luego del recorrido mágico que hicimos, Turco nos invita a quedarnos, y accedemos contagiados del entusiasmo de vivir la esencia que promete el lugar.
Nos propone sumarnos a las tareas que están haciendo él y sus amigos en la obra, así que felices, Cheché se pone a tamizar arena, para luego ser usada en revoque fino; y yo voy a recolectar los huevos del día al gallinero. Luego reemplazo a Cheché con su tarea y él se va a cortar leña para tener fueguito para la cena.

                                     
Anochece…Turco se arrima a la mesada de la cocina abierta y tira harina para empezar a amasar los primeros pancitos…Sus amigos que estaban trabajando se arriman también y prendemos el fueguito. Nos ponemos a conversar más tranquilos, y ya sentimos esa sensación de conocernos de toda la vida…cosa tan mágica que tienen los viajes, el encuentro con personas que apenas pasas unas horas y ya sentís que la conocés de mucho tiempo…

En el medio aprovechamos a darnos una ducha, ya que está calentita la caldera. Caen algunas gotas, y ducharse mientras la lluvia entra por el agujero del techo….es una sensación indescriptible…

Turco amasa los primeros panes y Cheché se arrima a continuar con los panes restantes. Está entusiasmadísimo, me dice todo el tiempo: “Cuanta magia tiene esta cocina, cuánta magia…”

                                     
Después de la cena, nos quedamos a pasar la noche allí, con la rusita estacionada al frente del terreno. Hay un silencio inmenso…descansamos como reyes.
Amanece…la obra nuevamente empieza a funcionar, y como Turco y sus amigos están ocupados, decidimos preparar nosotros el almuerzo para todos: milanesas de carne, ensalada fría de lentejas y porotos, ajo, perejil. Y el que se anima para acompañar; ajíes de todos los colores!!!  

                       
                          
En la sobremesa surgieron miles de chistes y cargadas entre los amigos y nos integraron como uno más. Aparte de darle  una mano a Turco en su emprendimiento, uno de los amigos, trabaja de payaso animando fiestas infantiles.

Turco lo acompaña a las fiestas y juntos se ríen muchísimo. La anécdota que contaron más significativa fue que “al payaso” una vez lo metieron preso. Estaba vendiendo globos de “helio” en la peatonal de Salta, y los niños que compraban  ninguno soltaban los globos, hasta que un niño quiso ver si de verdad se le volaba y lo soltó. El globo se le cayó al piso. Así le debe haber pasado a varios. Fueron a buscarlo al payaso donde estaba y la policía lo metío preso….jajajaja (creo que al menos sólo unas horas…)

Caminamos otra vez por el terreno para llevarnos el recuerdo de cada lugarcito…y nos sorprende el ruido de una araña peluda subiendo unas lonas. Impresiona, pero también por lo bella, un lugar tan natural como ese, los animales son verdaderamente libres…es su mundo, los extraños en ese lugar somos nosotros…

                         
La última regada de la huerta, ordenamos nuestras cosas y es momento de despedirnos. Recibimos los mejores deseos para continuar nuestro viaje, un fuerte abrazo de cada uno y el deseo de volver a vernos algún día. (prometiendo nosotros volver a Pacha K´Anchay a alojarnos unos días más)

                            
La última foto antes de subir a nuestra casita rodante…¡¡¡Felices!!! de haber vivido una experiencia impactante y llena de compromiso.

                               

Viajando de regreso a Salta, compartimos nuestras opiniones de lo compartido esos días en Pacha…los dos coincidimos que nos encantaría hacer algo así en nuestra casa, tener un gran terreno, hacer una cocina con huerta, árboles, cuidar mucho la naturaleza, y recibir gente linda, amigos... Para nosotros fue un lugar increíble para imitar. Quizás algún día empecemos a armar algo así….

Carola.

Contacto : www.pachakanchay.com.ar

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